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Han hecho cantar a la montaña

El sábado 13 de agosto fue la segunda representación de la Pastoral Telesforo Monzon en Larraine. Un gran momento de nuevo. El pueblo vasco de pie en torno al recuerdo, el pueblo vasco de pie frente a su futuro. En las gradas, corazones, corazones de aquí por cierto, pero corazones de todos los origines también, corazones jóvenes, corazones viejos, latiendo al unísono al ritmo del ttun-ttun, abriéndose para acoger las voces que llegan de lo más profundo de la dignidad humana, vibrando a la evocación ancestral del combate de los que creen contra los que poseen, de los que esperan contra los que temen, de los que mueren frente a los que torturan.

Actores convencidos de su misión, dos Telesforos (joven y adulto) hieráticos, levantados como faros de justicia, dos Maria Josefas, la primera repleta de feminidad adolescente, con una sonrisa llena de un humor delicado; emanaba de la otra una dignidad servicial, majestuosa, que inspiraba respeto. Todos los participantes eran portadores de un alma, bajo los ojos habitados de un regente alrededor del cual la montaña habría podido hundirse sin que se diera cuenta.

Son momentos que han marcado la memoria de los espectadores. Batallas sugeridas, coreografiadas, durante las cuales los hombres mueren sin placidez, enterrados enseguida por los “diablos”, gracias a una trampa que ha encantado a los espectadores. “Diablos”, precisamente, que han pasado más tiempo volando encima de la escena que tomando impulso en esta: bailes verdaderamente mágicos, como puentes entre una tradición escrupulosamente respetada  y un alma contemporánea que desencadena los aplausos.

Cantos que han traspasado el espacio. En un momento, durante el canto frágil des las voces de los niños (el coro de los ángeles), de repente la iglesia del pueblo hizo sonar su campana, guiada por el viento del este, al unísono. Y cada uno se dijo a sí mismo “éste momento es perfecto” . Los Larraintarres han buscado la alegre perfección. Y cuando los espectadores se reunieron con ellos en su búsqueda de lo absoluto, en su deseo de libertad, en su cabezonería de existir, los Irrintzina estallaron de un lado de la grada al otro. Un gran momento. Gente que queremos conocer, cerca de la que podemos aprender lo que es la pasión, la autenticidad y la esperanza.

Encontrareis, en la fototeca y en la videoteca, instantes de este momento…Perdonad la mala calidad de los videos, están aquí solo como un testimonio, porque nos ha parecido imposible no compartirlo.